Quizás si no hubiera sido por aquella marca, nunca lo hubiera sabido. Aquel pedazo de tela, celeste, es más hermoso de cualquier cosa que haya visto. Por eso, preciosa, te pido me perdones y me veas, me veas a los ojos y me digas la verdad. Aunque sea solo una vez, siempre lo recordaré, hasta el fin de mis días.