"Su propio demonio" Cuentan que el diablo una vez se enamoró y no supo qué demonios hacer con ese vacío en el estómago. Cuentan que la miraba con ojos de ángel y que al tocar su piel se quemaba de pasión. Cuentan que Belial conoció su propio infierno en la boca de una mujer, cuyos besos lo hacían simple mortal. Cuentan que el diablo ya no es tan diablo y se le puede ver sólo, caminando con ojos de melancolía.