Dirán que estoy un poco loca, mi madre me lo dice mucho pero, creo que la Luna me habla y me cuida. No sé si sea verdad o es solo parte de mi imaginación, pero es grato tenerla, la siento como la abuela que nunca conocí; no le consigo otra explicación a esa voz que me susurra cuentos y advertencias desde el cielo, el viento la trae hasta mi con un tono cariñoso y dulce, esta tiene un aire de autoridad y un toque de imponencia, de experiencia y vivencias, esas voces cansadas pero alegres que nos dan a entender que sus cuentos no siempre son cuentos y que los años no pasan en vano...
Ahora no sé si es que mi mente quiere creer que es la Luna, o realmente será ella, y si, en realidad es ella ¿por qué me habla a mí?
Lady Frances Hess sabía que su estatus al ser la cuñada de lord Cholmondeley era algo que le daba ventaja en la región, por eso era tan presumida y arrogante que la mayoría de los caballeros la detestaban, lo que hacía que una propuesta matrimonial se convirtiera en una verdadera hazaña.
Robert Preston, marqués de Winchelsea, autoproclamado nómada había llegado a su próxima parada en Cheshire para conocer el condado y sus maravillas; sin embargo, acabó conociendo a la criatura más petulante de Inglaterra, aunque con un encanto que solo él podía percibir.
¿Sería posible que por fin deseara establecerse en ese condado solo para hacerle tragar su arrogancia a Frances o seguirá su camino dejando atrás a esa bella arpía?