En Miami del año 1996, llega un nuevo misterio a la ciudad llamado Frederick Dorsey.
Cautivando la atención de todos, el abogado principiante y heredero de millonarios, se une a la firma Greenwald. Donde supuestamente por accidente, en una de sus juntas, conoce a la hija del dueño de la firma, Sahar Greenwald.
La universitaria queda flechada y encantada gracias a las manipulaciones del abogado. Pero en el fondo, ella sabe sus intenciones y que trae él entre manos, aunque nunca pensó hasta donde podría llegar.
Como siempre, todo comienza con un típico romance, algo demasiado cliché. Sin embargo, el propósito del mismo según Dorsey, es por algo mucho más retorcido y oscuro...
El amor no siempre muere con el último aliento. A veces, queda suspendido en el tiempo, latiendo en cada sombra, en cada susurro del pasado que se niega a desvanecerse.
Han pasado años desde aquella noche en la que el frágil balance se rompió. Katherine Blackwood debería estar muerta, pero el destino tenía otros planes. Ahora, en un mundo que no deja de recordarle lo que perdió, debe aprender a vivir con las cicatrices de una historia que nunca se cerró por completo.
Adhara crece con el físico de su padre y el peso de su ausencia. Las promesas incumplidas siguen persiguiéndola. Y cuando el pasado regrese con fuerza, Katherine tendrá que enfrentarse a la verdad que siempre temió: algunos amores nunca desaparecen, solo se transforman en ecos de lo que una vez fueron.
Pero... ¿qué pasa cuando esos ecos comienzan a gritar?