Sus ojos me observaron con inexpresión, sin vida, solo con un pequeño destello de esperanza casi diluido, poso sus ojos en mi abdomen, en mi elaborado abdomen, así que a la niñita le gusta lo que ve, que descaro por su parte, rio inconscientemente pero rápidamente toso disimulando, sus ojos suben hacia mis ojos y se percata de que no tengo parpados ella hace unas señas de curiosidad ,su mano se eleva hasta mi hermosa sonrisa creado por mí mismo y la recorre con su dedo índice , deja caer su mano rápidamente , me quedo muy quieto , nadie ha osado a tocarme nunca ,tampoco es que yo le haya dado la oportunidad que digamos -puedes hacer lo que te plazca -dijo casi en un susurro -lo que me plazca-repetí, ella asintió levemente, sin dejar que sus palabras hiciesen eco, empecé a besarla por el cuello, sus sentencia estaba decidida, la haría mía y ella viviría para recordarlo.
Ayla es una joven de 18 años que va a la universidad, todo está bien. Pero tiene un vecino que se mudó hace dos años atrás y actúa muy extraño. Y ella va a descubrir la verdad de él,cueste lo que cueste.