En la época Sengoku, después de la muerte de la sacerdotisa Kikyo, la sacerdotisa Sayura asumió el cargo de protectora de la Shikon. En realidad, Sayura fue la primera opción que tuvieron los exterminadores de demonios, pero ella se negó a asumir el cargo.
Sayura tenía una habilidad única, la habilidad de los Sellos, cuyos solo podian ser realizados con un descomunal uso perfecto de Magia Espiritual.
Se decía que Sayura era mucho mas podrosa que Kikyo, pero que también era mas cerrada y desconfiada. Ella era una sacerdotica un poco...especial. No era que la tuvieses que contratar, ella hacia los trabajos gratis, pero solo aquellos que le interesaban.
Solía encargarse de demonios poderosos, aunque tampoco rechazaba a los débiles. Básicamente, exterminaba a cualquier demonio que se le cruzara.
O eso, hasta que Sesshomaru apareció en su vida.
Ella era un sacerdotisa humana que odiaba a los demonios.
Él era un demonio que odiaba a muerte a los humanos, considerandolos inferiores y débiles.