Ella era una gran detective, inteligente, audaz, con un gran deseo de justicia por las víctimas de los casos que investigaba. Así la conocían sus colegas, pero yo, yo conocía el lado salvaje y sexy de esa mujer.
No negaré que en ocasiones sentía celos, de su éxito y de sus colegas. Era una mujer hermosa trabajando rodeada de tantos hombres, podría decir que era lo único que no me gustaba de ella.
Jamás olvidaré el primer día que la vi, esa mirada distante con aires de "nadie me merece", ese caminar firme pero coqueto, esa sonrisa retorcida y hermosa. Entró a la habitación y en ese instante se convirtió en el centro de atención.
No tengo idea de como la conquisté, pero la hice mía en tantas ocasiones que mi cama tenia impregnado su olor y mi mente su cuerpo.
Era tan mía como yo era suyo, y digo era porque cometí tantos errores que me llevaron a perderla en varias ocasiones, pero siempre volvía a mi. Es interesante como dos personas tan diferentes podían estar tan conectadas y no sólo físicamente, pues ella era mi razón de vivir.
Pasamos por tanto juntos, que ella siempre será mía.
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¡Hey!
Les traigo una nueva novela, espero que la lean y les encante.
Besos ❤