Si algo me ha enseñado la vida es a afrontar las consecuencias de cada una de mis acciones. Porque de cada error se aprende y cada alegría se disfruta. Vale más un arrepentimiento que un "me quedé con las ganas". Solo hay algo que jamas se detiene y es eterno: es el tiempo. Y su única constante es el cambio. Es primordial saber distinguir entre el bien y el mal, conocer el límite que tienen las cosas.