Desde que tiene conocimiento Kuyen puede ver e interactuar con fantasmas, entre ellos sus difuntas tías que habitan en su casa. Una de ellas fanática del esoterismo le recomendó no hacer contacto físico con los espíritus diciéndole "el día que puedas tocar y sentir a uno de nosotros, tu don se habrá transformado en tu maldición" Cierto día en el tren entabla conversación con un hombre que abordó en una estación cercana, lo raro comienza cuando el auxiliar le pide boleto solo a ella e ignora la presencia del tipo, en cierto punto del viaje el individuo se pone de pie diciendo que es su parada para ir a trabajar, ambos se estrechan la mano dando paso al desvanecimiento del pasajero, ahí frente a los ojos de ella. Y lo mas extraño es que su mano estaba cálida. En ese momento sus ojos se abrieron de verdad, la calidez del hombre le mostró un mundo totalmente distinto a lo que ella conocía. Entonces supo la verdad "El inframundo está aquí entre nosotros".