Tengo todo lo que se supone que debo tener a los 23 años. Un trabajo que amo, mi casa soñada, una vida estable... la vida que siempre soñé desde pequeña.
Tengo todo lo que siempre quise, pero no tengo lo que me complementa, no tengo tú sonrisa después de un día de trabajo, no tengo tus brazos acariciandome en la mañana, no tengo tus besos después de un mal día, no tengo tú aroma en mi almohada... simplemente no te tengo.
Deseo tanto poder tenerte, pertenecerte...
Quizás uno de estos días por fin tú luz logré extinguir la mía, siempre fue más fuerte, más grande.
Eso me hiciste creer, que sin t ú luz yo no brillaria, que sin ti yo no existiría.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.