Ares. Y no, no hago referencia al Dios de la guerra aunque, debo agregar que es todo un Dios griego. Hablo de Ares D' Angelo, el ingeniero, empresario y soltero italiano más cotizado de todos los tiempos y por si fuera poco, mi sensual jefe. Todas las mujeres que trabajan en esta oficina, excepto yo, están que babean por él... y yo no las culpo porque el jefe está buenísimo. En fin, no estoy aquí para hablarles sobre lo buenísimo que está mi jefe, sino para contarles como empezó todo este juego de la absurda seducción de mi jefe hacia mi persona ¿y saben que es lo peor? Pues, que al muy descarado no le interesa que tenga novio... un tanto estúpido, pero, al fin y al cabo es mi novio. Todo iba perfectamente bien hasta que Ares, mi jefe, me mandó a buscar unos documentos y llevarlos a su oficina y... ¿adivinen qué? Sí, los benditos documentos se me cayeron delante de su escritorio, y yo como buena subalterna me agaché para recogerlos y ¿ustedes que creen? Pues caché a mi jefe mirando mi trasero ¡mi trasero! Y ahora mi guapo y multimillonario jefe anda detrás de mí para hacerme caer en su juego de lujuria y seducción... pero algo les voy a decir: Ares D' Angelo necesitará más que una cara bonita y un buen cuerpo para hacerme caer en sus redes. Y así empezamos con el juego de La seducción de Ares...