Bailando de noche, mirando el amanecer, con el aire moviendo su cabello y sintiendo el sol en su cara... Sakura no había experimentado la libertad, pues por tanto vivió en su castillo de cristal. No había esperado que su tan ansiado caballero en armadura fuera a rescatarla ‒"No temo a lo que suceda, si puedo estar así contigo."‒ Y ahora él sujetaba su mano para llevarla lejos.