- Bueno chicos, les presento a su nuevo profesor y mi futuro esposo; Kim Jong Hoon. Una pequeña ovación de aplausos se escuchó, pero por alguna extraña razón sus ojos fueron a parar directo en aquella diminuta falda. Sus ojos, su boca, su pelo, su cuerpo. Incluso su olor y forma de caminar le llamaba a pecar. "Nunca imaginé que mi perdición llegara en envase pequeño, una pequeña falda a cuadros y profundos hoyuelos".