Dos chicos , con más sensatas ganas de amrsee aquella noche ,Al pensar en ti , todo el ocaso de este día se me acababa , mis suspiros , mis pequeñas lagrimas llenas de felicidad caían , mientras recordaba los bonitos momento estando junto ati .
Te dire que no soy el mejor amor platonico del mundo , pero en algo si te digo , la mirada que cruzamos cuando estamos juntos , no la cambiaria , por nada , ni nada en este mundo .
Quiero recordarte , que siempre voy a estar contigo , siempre , siempre .
Escuchar tu voz , es lo más hermoso que , que aquel persona puede escuchar , no lo digo por palabras , si no por lo que siento y escucho sobre ti , tambien quiero desirte que cuando aquel ocaso cae sobre mi ventana , es cuando recuerdo ese día que me jurastes , nunca fallarme , tambien lo hisites escribiendo con un viejo lápiz que encontramos al filo de aquella piedra donde plasmamos nuestro amor , de una pequeña carta escrita con la firma de nosotros , esa pequeña carta es la que hoy abro y la leo expresando con todo el cariño y toda la bondad agregada que tú y yo escribimos aquel día .
Nunca pense que llegarías a ser tan importante , como lo estas haciendo , pues te felicito , has llenado de mi Corazón un lugar , en el cuál ya existes , y pues no te cansare más , solo espero que lo leas y recuerdes , que paso aquel dia , aquella tarde , aquel ocaso , donde nuestras miradas nos desian todo , y solo nuestras manos escribian lo que pensabamos .
Abbie tiene un problema y la solución está en la puerta de al lado.
¡Ella no ha hecho nada malo! Sin embargo, su excompañera de hermandad la ha puesto en un aprieto en donde su futuro universitario pende de un hilo.
Con el tiempo corriendo, pánico y una mejor amiga experta en dar soluciones, Abbie explora las opciones, pero no tarda en darse cuenta de que Damiano, el frío jugador de hockey y su ceñudo compañero de piso, es la respuesta.