- Buenas noches, Sakura - dice con una voz varonil, suave como la seda. Aquella voz sería capaz de producir hasta un orgasmo. Sonrió como un robot, consciente de que debo verme horrible. - Buenas noches - saludo, sin saber sí decirle "señor Zou" o simplemente Zou. Él se acerca y extiende una mano. Lo imito. Coge la mía entre la suya y la besa con esa boca delgada ytersa. Me estremezco, desde la punta de la uña del pie hasta el último pelo de mi cabeza. Me deja una promesa ardiente en la piel cuando se aparta. No sé qué hacer a continuación. Zou me observa. Decido apartarme de la puerta para permitirle pasar dentro. Él lo hace con un andar seguro de sí mismo, como si no le cupiera duda alguna de que es el hombre más apuesto sobre la faz de la tierra. - ¿Quieres algo de beber o pasamos a...? - no termino la frase. Mis mejillas arden como si les hubiesen prendido fuego. Él me regala otra de sus seductoras miradas. - Lo que tú quieras hacer primero - dice, luego sus labios se curvan en una sutil pero no menos sugerente sonrisa - Estoy aquí para complacerte en lo que desees. Mis piernas se debilitan ante aquellas palabras, que parecen dardos encendidos. Hago un esfuerzo terrible por no tartamudear. - Bebamos primero. Me gustaría conocerte, ¿puedo? - digo. Él arquea una ceja. - ¿Conocerme? - pregunta. Tuerzo mis dedos. Hace demasiado calor allí. O el calor viene de él mismo. - Sí. Charlemos un poco ¿te parece? - aventuro. Retrasaría eternamente el encuentro sexual, porque ahora que lo tengo ante mí sé que no seré incapaz de tocarlo de nuevo sin caerdesmayada. - Si es lo que deseas - acepta él.All Rights Reserved