A muchas de nosotras nos paso. Hemos anhelado una mirada, un roce y hasta un beso imposible. Hemos sentido dagas en el corazón y lagos de lágrimas sobre el colchón. Aun así, hemos hallado muchas en la lectura y escritura, refugio y sanación. Aquí tenéis un rincón para desahogaros. Pero tened en cuenta que siempre hay un futuro delante nuestro.