Desde que su padre murió las puertas de la felicidad se cerraron por completo dentro de ella. Lloró como nunca antes lo había hecho, Sufrió como un bebé al que le quitaron su juguete favorito. Para ella todo estaba acabado, nada podía hacerla feliz otra vez, no de la manera en que su padre lo hacía. Pero llegó él y abrió todas sus puertas nuevamente, el la hizo feliz, le abrió los ojos y le mostró que la vida sigue a pesar de los problemas y ella debía aprender a superarlos para seguir adelante. Él, es Sean. No te enamores de el, te enseñará lo que es la felicidad, pero también te mostrará lo que es sufrir.