Olivia es lo que podemos definir como la hija modelo; es amable, responsable y la mejor de su clase. ¿Su único problema? Suele preocuparse extremadamente por todo. ¿Su único gusto culposo? Tiene nombre y unos hermosos hoyuelos. Jackson. ¿Qué sucede cuando aparentemente todos le hacen ver que el mundo no es de color rosa, que los "chicos perfectos" no existen y que la gente suele ser un poco cruel? Exacto, nada bueno, y menos cuando otra de las cosas que caracterizan a Ivy es tomar malas decisiones y ser un poquitín impulsiva cuando se encuentra en apuros. Ahora tiene que hacerse cargo de las imprudencias que decidió soltar en un mal momento y aprovechar la llegada de un rubio malhablado, que además de ayudarla, llegará a cambiar su forma de ver la vida, a destruir su tranquilidad y a hacerle ver que los momentos más hermosos suelen ser inesperados y generalmente fugaces.