Se dice que la vida es como un barco. Y el único responsable en que el barco avance eres tú. Tú decides si quieres remar, o que el barco permanezca ahí y se hunda con el pasar del tiempo. Y al parecer, Noah se encontraba en medio de esas dos decisiones en su vida. Todo era muy aburrido, y apagado. Y él estaba ahí, buscando esperanzas aún cuando en su mente se negaba a creer que todo podría mejorar. Prohibido la copia total o parcial de esta historia. Es completamente original mía. ¡Gracias! Pd: Es una historia corta.
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