Tres sílabas, una palabra: CULPABLE. Así me declararon y así me declaré, a sabiendas de que no iba a poder escapar de la situación que me rodeaba. En verdad, no me arrepiento de lo que hice y lo volvería a hacer mil veces más. Mi verdad fue cantada con fuerza, tristeza e ira, aunque nadie me creyó, ni siquiera aquellos que me conocían. La justicia no hizo nada y yo hice mi propia justicia. Dos muertes, dos asesinos, un culpable.All Rights Reserved