Decir que uno aprende de lo que ha vivido , no es suficiente. Sí es cierto que terminamos pareciéndonos a nuestros progenitores. Pero decirte que si te hice daño, fue por culpa de mi madre, no es del todo justo. Por eso esta carta. Sí es cierto que yo fuí una niña maltratada. Pero los que hemos sido maltratados no tenemos porque seguir maltratando. Como tuvo mi madre, yo he tenido la posibilidad de seguir su círculo abusivo, o de romper con las torturas emocionalesAll Rights Reserved