Él, un joven no más diferente que cualquier otro. Soñador y muy enamoradizo, aunque eso había cambiado mucho después de su última relación. Había tenido muchas decepciones amorosas, era comprensible que tuviera miedo a amar de nuevo, razón por la que había endurecido su corazón.
Decidió esperar años a que sus heridas sanaran, pensando en que después de ese tiempo todo cambiaría. Quizás todo sería diferente si le entregaba lo mejor de sí, a un modelo de mujer diferente al que antes quería conquistar. Ya no quería cortejar a esa clase de mujeres que prometen amor eterno, de las que se enamoran con facilidad, al contrario de eso, quería una mujer que fuera un reto, si lo que fácil viene, fácil se va, ¿lo obtenido de manera esforzada no debería irse, no?.
¿Cuánto insistirías por obtener lo que quieres?, ¿cuánto lucharías por tener el amor de quien deseas?. Un simple día se acostó esperando a que llegara el momento, sin saber, que para su tristeza llegaría.
Y sí, quiero confesarles, que el joven de quien hablo, soy yo.
[COMPLETA]
Adam tiene una fascinación por las frases de asesinos.
Reachell ama tocar el piano.
Adam es reservado y misterioso.
Reachell es curiosa.
Ella escribe pequeños relatos.
Él descubrió sus escritos.
Y... hará lo que sea necesario para que Reachell le escriba sólo a él.
Tal vez parezca la típica historia cliché donde el chico asesino se enamore de la chica inocente y buena. Pero hay un problema: Reachell no es inocente, ni buena. Y Adam ya ama a alguien más.