Un amor como el de nadie, una razón para morir de amor o sólo morir.
-Lo siento Harry...porfavor.- Hablaba con cierta dificultad y lágrimas corriendo en los ojos.
-No, yo lo siento mucho más.-
Y se fue el rizado azotando la puerta de la habitación, sintiendo que una parte de él fuera abandonada junto al ojiazul sollozando.
En ese momento Harry no sabía exactamente que sentía, tal vez dolor, decepción, odio o simplemente... nada.
Esto ya lo había vivido tantas veces a su lado que se volvía monótono para él.
Quién imaginaria que lo que comenzó como un juego entre jóvenes inexpertos terminaria tan mal, ya ni siquiera podía sentir si su pecho dolía por todo el amor acumulado o por la aberrante sensación de odio reprimido hacia una sola persona...Louis Tomlinson.
Pero de algo estaba muy seguro, lo olvidaría, así de fácil será. O eso pensó muy estúpidamente.