Todas las chicas sueñan con una historia de amor de libros y películas, con rosas, chocolates y todas esas cosas que, en realidad muy pocas tienen la suerte de encontrar. ¿Y yo? Pues, no era muy diferente, quería todo eso y más ¿lo peor de todo? es que creí haberlo encontrado. Ingenua ¿no? Creía haber encontrado a mi príncipe azul, ese chico ideal como los que había leído en cientos de libros y visto en miles de películas. Todo era perfecto, todo encajaba o al menos en aquel entonces así lo creí, pero apenas me doy cuenta de que no lo era. El, el chico popular rodeado de lindas chicas, pero se fijó en mí, creí que tendríamos una historia de amor como las que siempre me encontraba leyendo, como cuando lo conocí, fue lo típico, yo, la chica ingenua escondida en los libros chocaba con el chico popular y se enamoraban, pero ¿vivían felices por siempre? A veces, el cliché esperado no termina bien. Como el mío.
Elliot Jensen and Elliot Fintry have a lot in common. They share the same name, the same house, the same school, oh and they hate each other but, as they will quickly learn, there is a fine line between love and hate.