"Crucé el mar a base de grandes zancadas. Corrí durante días sin noche, sin luna, sin sol y sin estrellas. Corrí sin que mis pies se agotaran, sin parar para descansar y sin hacer caso de los cantos de sirena que a tantos marinos hicieron perecer. Simbad el Marino no era nadie, nadie en mi mundo de poesía. Yo no necesitaba cera en los oídos ni un navío que me hiciese naufragar. Yo era libre de leyes físicas y materiales." Me llamo Aby, y ésta es mi historia.