Creían que todo era una simple broma, que alguien quería ver cómo ellos perdían la razón sin sentido alguno, era su esperanza. Sin embargo, al llegar al nuevo punto de encuentro, los siete chicos se dieron cuenta que esto no era una broma, era un juego, de aquellos que hacen que todos tus pelos se levanten en terror absoluto. Hace mucho que tenían la esperanza de que todo fuera una mentira, pero ahora sabían la gravedad del asunto ¿Y lo peor de todo? Ya sabían que uno de ellos era el que controlaba todo, o al menos ayudaba al maldito que quería acabar con sus vidas.