Sus vidas están predestinadas, la sangre de ellos definirá sus futuros y definirá los reinos, cuatro copas estarán en manos de los elegidos, cuatro serán los que gobernarán y serán ellos capaces de luchar, pero hay una regla que se debe mantener, ninguno de los elegidos podrá rechazar su destino, dejando atrás a las personas que más aman. Las copas eligen y ellos deciden; morir o aceptar su destino.