Él estaba explicando algo, creo que acerca de las neuronas, la verdad no lo sé muy bien. Estaba perdido en él, en su mirada, en sus palabras, aunque no sabía exactamente de lo que estaba hablando ya que lo demás me mantenía distraído. -¡Minagawa!-Oh, parece que de nuevo se ha enfurecido por mi comportamiento. Aún con ese ceño fruncido, esa aura de amargura que parece notarse a kilómetros y esa tez tan blanca y pálida que me recuerda a luz de la luna. Lograba verse como la cosa más hermosa y adorable de este mundo. Pero mis deseos e impulsos tengo que guardármelos para mí, ya que, además de que ambos seamos hombres, una relación entre maestro y alumno puede causar bastantes complicaciones.