-Mira, perder a alguien siempre es difícil, entiendo que duela, pero incluso eso pasa. Es normal sentirse mal, sentir el vacío, pero ese agujero que sientes ahora mismo se hará más pequeño y acabará desapareciendo, o al menos se volverá algo que puedas ignorar. No, porque aquel agujero había sido el mismo Izuku. Lo que sentía por el pecoso no podía desaparecer ni reducirse y, por tanto, el dolor tampoco lo haría. El nombre del peliverde resonaba en su cabeza día y noche, trayendo de vuelta todos aquellos recuerdos que lo habían hecho sentir completo y que ahora lo desgarraban por dentro. No había herida alguna, pero el dolor era atroz de una manera inexplicable.
1 part