"Servicio militar obligatorio". Esas palabras retumbaban en nuestros oídos al entrar en el recinto nacional, me asustaba estar allí solo... con a penas 22 años, este era un lugar de temer y para rematar nuestro superior estaba suprema mente bueno y el lo sabía, su mirada felina se centraba en cada par de ojos en la sala, mi corazón latió más fuerte cuando se detuvo más tiempo teniendo contacto visual conmigo... -¡Su nombre soldado! -Ordenó con voz gruesa, me mojé allí- -¡Park, Park Jimin señor! -Titubeé, el ni siquiera parpadeó- -Dos vueltas al recinto y a mi oficina. -Señor, sí señor -Comencé a trotar escuchando las burlas de mis compañeros, vaya hijos de puta con los que tendré que convivir... No Copias, ni adaptaciones por favor.
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