Megan Stevens no es como cualquier chica. Bueno, seguro que existen varias como ella, pero no es del todo común.
Desde pequeña, Megan ha soñado con un final feliz, uno digno de reproducirse en su televisión una y otra vez.
Pero, gracias a su deseo, ha dado muchos tropezones dentro del área del amor, ¡y que cicatrices le han dejado! Aun así, Megan no pierde la esperanza de ser la princesa de un apuesto y misterioso príncipe azul.
Noah Morris es un cliché en toda regla. Desde los cigarrillos en su mano hasta su motocicleta estacionada en su cochera, gritan en el "chico malo". Megan nunca ha pensado demasiado en Noah, él no podría cumplir todas sus expectativas. Pero, en este momento ambos se necesitan, ¿y que mejor combinación que un rebelde y una romántica empedernida?
Bueno, Noah lo tiene claro, él tiene todo lo que ella necesita... Un final feliz para Megan.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...