Putefacto

Con el transcurso de los años la cosificación sexual de la mujer ha alcanzado uno de sus puntos álgidos. La insaciable necesidad genital del hombre combinada con el veloz avance tecnológico ha dado lugar a S.A.R.A. , una realidad virtual en la cual el hombre puede escoger entre diferentes mujeres de diversas razas y edades para acostarse con ellas. Las féminas en cuestión son chicas de carne y hueso, las cuales se manifiestan virtualmente en escenarios diseñados por ellas mismas con variadas escenas de alto contenido sexual y erótico. Gracias a unos dispositivos de estimulación táctil ubicados en las manos, los labios y el pene, el hombre puede experimentar cada escena como si realmente estuviese con la chica real.
La mujer, finalmente, se ha convertido en un producto sexual a merced de las necesidades del hombre. Y de igual forma que se condenaría de por vida a alguien capaz de acabar con toda la comida del mundo, todo aquel que viole a una mujer en la vida real, será castigado con la pena de muerte.
Al fin y al cabo, son un producto primario de la sociedad, y no se debe jugar con él.