Todos dicen que es un ogro. Y, actualmente, las mujeres que lo conocen íntimamente sólo pueden decir que es un amante atento, pero que fuera de la cama, no es más que un hombre hermoso desprovisto de las más elementales emociones. Muchos podrían decir que la sed de venganza y el odio han podrido para siempre su alma. Pero hay esperanza. Robert Blackwell todavía puede ser rescatado. Será un proceso duro, y él mismo se rehusará a sufrirlo, pero no tendrá otra alternativa más que responder con un sí cuando el amor, otra vez, toque a las puertas de su corazón, esta vez, para quedarse allí para siempre. Será la mejor terapia, su rehabilitación.