Derek Uribe, un estudiante intermedio de 17 años de edad, vive tiempos oscuros al presenciar finalmente el divorcio de sus padres, fruto de la infidelidad por parte de su figura paterna.
Su traslado a Málaga y reencuentro con su madre será cuanto menos gratificante, causa del oportuno fallecimiento de su "yaya" quien hasta entonces cuidaba de él.
Raquel Uribe, de 43 años de edad, sufre de ansiedad y una fuerte crisis de mediana edad, que la orillará a dar hincapié a uno de los episodios más retorcidos de su vida, junto a su hijo.