-Tigresa... tienes que decirme que te pasa.... por favor...- me dijo pero no pude responder nada. Entonces bajó la cabeza y suspiró para luego continuar- No sé porque cada vez que entrenamos te comportas tan raro, ni porque quieres pasar tu tiempo libre en tu habitación o prefieres entrenar sola....-volvió a levantar la cabeza y así pude mirarlo directamente a los ojos y saber que lo que sentía era cierto- Entiende que ya no puedo....- me dijo con una voz llena de suplica- no puedo soportar ver como me evitas o tratas de alejarme, ya no puedo soportar ver tus hermosos ojos, los cuales brillaban como estrellas, y ahora están decaídos y llenos de tristeza.... ya no puedo... soportar escucharte sollozar noche a noche en tu habitación....- esto último lo escuché con un voz llena de dolor y tristeza- deja de hacerme esto... me duele tanto verte así... por favor dime.... confía en mi...- cada una de sus palabras me llegaba directo al corazón y quería decirle, quería confiar en alguien por primera vez después de ese horrible momento. Si hubiese podido decir sólo una palabra... una sola que describiera mi situación. Quería hablar pero tenia un gran nudo en mi garganta, quería abrir mi boca pero no podía... Traté de juntar todo el poco valor que me quedaba y hacer a un lado sólo por un segundo esos terribles recuerdos que seguían en mi mente para poder hablar con la persona que siempre estuvo a mi lado... con la persona mas amable y gentil del valle, con mi mejor amigo.... con la persona, de la cual... me enamoré, mucho antes de que pasara esto. Entonces aclaré mi garganta y cerré con fuerza mis ojos y luego los volví a abrir para poder mirarlo directamente al momento de hablar... y de mi boca solo salió una palabra, una palabra que describía todo el sufrimiento por el que estaba pasando en esos momentos.... -Ayúdame...
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