Lo que duran las noches

Jenna Parker es adicta a su teléfono y dependiente de su música. Rock, kpop, hip hop, electro, jazz... el problema es que su madre detesta tales horrores auditivos, por lo que desde pequeña ha estado condenada a pasos de ballet delicados e insípida música clásica. Ahora ha chocado con Edmund Dovstói, quien vive y respira por las reglas del Internado de Ballet Elise, donde ella se encuentra confinada por este próximo año.

Aunque a ella le parece estar escuchando a su madre versión chico, y él cree que tiene la disciplina de un gato callejero... algo los une. Ambos están atrapados en mundos que colapsan en las noches, cuando el insomnio los ataca y se muestran sin armaduras.

Las noches siempre son más cortas cuando las compartes con alguien, ¿no?