En el camino de la vida no es todo color rosa y rayos de sol. En el camino hay curvas y retornos, troncos caídos y desvíos. Yo lo descubrí por cuenta propia. Tengo 24 años, tres hermanos, padres divorciados, mis tíos muy lejos y mis abuelos en el cielo. Vivo en Asunción, ciudad capitalina de la República del Paraguay, un país en el corazón de América Latina. Mi vida es un caos, un desastre. Pero muy pronto, todo esto va a cambiar.