- Dayte mne to, chto u vas yest', i ukhodite otsyuda pryamo seychas.
La chica que ahora tengo delante me mira desconcertada, parece que no me entiende. Llevo horas andando por este lugar para evitar que alguien entre sin antes saber que no va a causar ningun problema. De primera tengo que admitir que no tiene nada de malo, se ve incluso demasiado inocente, pero me han enseñado que esta el ser más angelical del planeta puede ser el que cause más daño. Tiene el cabello castaño claro tirando a rubio, sus ojos son dos grandes esmeraldas y su boca más pequeña de lo normal es una tentación para mi. Al verla aparecer no dude en acercarme para vigilarla mejor, se movia de forma extraña, seguro estaba perdida y acabo en el sitio más peligroso para una chica.
- Por favor no me hagas daño o te metere mi móvil por el culo desgraciado - No dejo que se de cuenta de la sorpresa que me ha causado.
Su acento y sobretodo su idioma me hacen comprender que no es de aquí, el vello de mi nuca se ha erizado al escucharla hablar, tiene una voz angelical, por cierto, que hermoso acento. La risa amenaza con salir de mi garganta con esas últimas palabras.
- Slishkom krasivo, chtoby perestat' 'tsenit' tebya.
Esta embobada mirandome, como si fuera un extraño ser, por suerte no sabe que hablo y entiendo su idioma, eso me da ventaja.
- Sueltame, no te tengo nada para darte, busco salir de aquí - Forcejea mientras habla.
Escucho unos pasos cerca de donde nos encontramos, sino me equivoco tiene que ser Donik, ese cabrón esta buscando a chicas perdidas contínuamente y ellas sin saber aceptan su ayuda, el único inconveniente es que si aceptan no volveran a ver a su familia. Aprieto mi cuerpo contra el de ella, le hago un gesto para que no hable y me siga la corriente, estamos en un lugar visible para él y movernos solo conseguiría llamar su atención. Solo me queda una opción, no dudaré en tomarla y probar esa dulce tentación tan deliciosa..
Recordó las palabras del médico "lo encontraron casi muerto" "es un milagro", abrió lentamente sus ónix observando a la nada, él no debería estar vivo, no merecía estarlo, había hecho demasiado daño, era un asesino, un criminal, apretó su puño con frustración recordando aquella vez en su infancia cuando se lanzó al precipicio "nadie en verdad desea morir" no, él en verdad deseaba morir, tragó pesado sintiendo lágrimas caer de sus ojos y rodar por su mejilla, él debía morir ¿Por qué la vida se aferraba a mantenerlo en existencia?
*Esta historia es mia, prohibida su copia y reproducción*
*Naruto y sus personajes pertenecen a Masashi Kishimoto*
*Las imágenes que uso las tomo de internet, créditos a sus autores*