En blanco, su mente está totalmente en blanco. Hilos de color negro comienzan a descender por aquel lienzo desnudo, desierto, desolado por la ausencia de recuerdos de un pasado que siente inalcanzable pero a la vez imposible de que sea el suyo. Pero, ¿y si en medio de aquel abandono solo queda una sensación? La misma que vibra bajo su tacto, la misma que la hace no creer todo, la misma que le hace saber que tiene que fingir, la misma que le advierte de un peligro que no consigues recordar. Solo tiene opciones, y todas ellas la conduce a un solo destino: Al fin del juego. No hay escapatoria alguna. No la hay. Lamentablemente, los justos siguen pagando por los pecadores. ¡Entérate de mas dentro del libro!