Se había convertido en una costumbre para ellos cuando Robin cumplió quince años; cada que se encontraban entre sus propias patrullas. Nadie podía detenerlos, ni siquiera Batman. Eran tóxicos, insanos, enfermos. Y lo disfrutaban, cada segundo. Porqué nadie podía entenderlos, no de la manera en la que ellos mismos lo hacían. Esto es solo lujuria.All Rights Reserved
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