Tercera parte de la historia contada en "Con sabor a mandarina" y "Hola, cielo"
Akira sabe que se ha complicado la vida, se la ha complicado demasiado pero es que no pudo evitarlo.
Akane necesita ayuda y alguien a su lado que no la abandone y a pesar de que se da cuenta de todos los problemas que eso le acarreará está decidido a no fallarla, esta vez no huirá.
Con la ayuda de la madre de Nowaki intentará poner orden en la caótica mente de Akane aunque solucionar el trastorno de personalidad de esa chica y guiarla para superar sus traumas le complique a él demasiado la vida.
Pero Kamui sigue detrás de Akane y Momoka empieza a darse cuenta del daño que le está haciendo, quizás sea el momento de empezar a pensar en ella misma
Nowaki está decidido a ayudar a Yuri con su trastorno de alimentación y a insistente no le gana nadie. Hikari despierta sentimientos confusos en Suo y Karasu va a descubrir que todos nuestros actos tienen consecuencias, aunque el acto sea noble y la consecuencia te complique la vida.
Quedan demasiadas cosas por pasar, Jisei, Kohaku, Genki, Hizashi... el universo parece empeñado en cambiarlo todo.
Esta es la tercera parte corregida y editada (y con cambios) de la historia "Mis amigos. Mis secretos. Mis sueños" publicada en diversas páginas. No es un plagio, no es una adaptación, no es una nueva versión, es la misma historia con menos faltas, menos incoherencias y espero que mejorada, porque aquel era en realidad el borrador de la historia.
En la cima de la montaña, el aire es más frío y el silencio más ensordecedor. No es solo la nieve la que cae en el descenso, también lo hacen las certezas y los miedos. En el mundo del snowboard, cada salto es un riesgo y cada curva puede cambiarlo todo.
Sue Harper ha pasado su vida deslizándose entre expectativas y sueños, buscando algo más que aplausos: la certeza de que su lugar en la cima le pertenece. Pero cuando la línea entre la ambición y los sentimientos se vuelve borrosa, el verdadero desafío no está en la pista, sino en mantener el control cuando el corazón quiere lo contrario.
En un espacio donde la lealtad, la rivalidad y la libertad chocan como avalanchas, aprender a confiar puede ser más peligroso que cualquier caída. Porque el hielo guarda secretos, y a veces, lo más difícil no es llegar arriba... sino no perderse en el camino.