Una vez, hace años, en una isla de la Polinesia, conocí a una niña surgida del mar. La amé con el corazón. Y ella me enseñó que hay otros mundos en este, que existen realidades distintas. Pero no voy a intentar convencer a nadie... Han pasado varios años desde que un velero sueco puso fin a mi naufragio. Hacia el mediodía, el barco cruzó el arrecife, la barrera que me había mantenido separado del mundo, y entró en la bahía.All Rights Reserved