El fruto prohibido de Dios
19 Partes Continúa Cuando Dios descubre que Lucifer ha tenido una hija, desciende al Infierno por primera vez en milenios, deseando conocer a su nieta. Con su elegante y majestuosa presencia, llega al Hotel Hazbin sin revelar de inmediato quién es. Su aparición desata sorpresa, caos y tensiones -especialmente cuando Lucifer, al reconocerlo, lo confronta con furia y dolor acumulado.
Mientras todos en el hotel intentan entender qué hace Dios entre demonios, una presencia opuesta a él también se manifiesta: Roo, entidad antigua y oscura, que representa lo opuesto a su esencia divina. Ella, curiosa y peligrosa, comienza a tentar a Dios, buscando derrumbar su equilibrio celestial.
Sin embargo, es Angel Dust quien despierta algo inesperado en el corazón de Dios. Lo que empieza como una serie de coqueteos y bromas subidas de tono, se transforma en una conexión profunda. Dios, por primera vez, se siente humano: vulnerable, deseado, amado. Ambos caen en el deseo y la ternura... pero también en la duda.
Mientras Dios comienza a experimentar emociones humanas -lujuria, cariño, inseguridad- también se enfrenta a preguntas que jamás pensó hacerse:
¿Puede un ser perfecto amar de verdad?
En paralelo, Roo se encarga de sembrar dudas, tentaciones y sombras.
Pero el lazo entre Ángel y Dios se fortalece, hasta que incluso Valentino, el dueño del alma de Ángel, aparece para reclamar lo que considera suyo.
Dios lo enfrenta y rompe el contrato, protegiendo a Ángel como nadie lo había hecho jamás.
Ahora, el Cielo y el Infierno observan en silencio cómo la figura más sagrada de todas se sumerge en lo humano por amor.