Dylan vive la realidad de manera distinta a Edward. Atrapado en las sensaciones pasajeras pero intensas que le entregan las drogas, se encuentra perdido. Edward, su gemelo, cree saberlo todo; criados de distinta manera aunque sin una explicación exacta a tal diferencia, es un claro recordatorio a Dylan de lo que jamás será y jamás tendrá.... inalcanzable y hermosa Lizabeth.