Hay encuentros que engendran relaciones aberrantes. Relaciones inexplicables, retorcidas, tóxicas y disfuncionales, al mismo tiempo que ineludibles e irresistibles. Dicen que del amor al odio hay un paso, pero en éstas ese paso no es necesario. Deseo, rencor, necesidad y ansias de libertad, control y sumisión. Victimas de si mismos, atrapados e impotentes como moscas en una telaraña. Pero no hay que tenerles lástima. En realidad son arañas disfrazadas.
"Si supieras lo absurdo de la situación en la que vivo, en la que te he acabado metiendo, ¿te reirías, Sesshōmaru? ¿Entenderías el porqué de mis actos? ¿Me perdonarías la vida?
Espero que no, tengo demasiada sed y tú jamás me permitirías saciarla, no tengo ganas de continuar aguantando el tormento de mis propios impulsos. Si por mi fuera, desearía tu odio para siempre. Disfrutaré cuando llegue ese momento, el momento en que por fin me atravieses con tu espada."
Ha de ser normal que tres amigos que se salvan las vidas mutuamente todos los días terminen queriéndose mucho.
Tanjiro observa a Zenitsu y a Inosuke y no puede dejar de notar lo mucho que, inesperadamente, encajan, como las dos mitades de una misma galleta de avena. Él los quiere a los dos y espera poder ayudarlos a ser felices.
[Historia cortita de capítulos aún más cortitos en los que Tanjiro, Zenitsu e Inosuke se quieren mucho]
[Fluff hasta decir basta]