¿Qué pasaría si el afán por leer lo llevamos a otro extremo? O mejor dicho ¿Te gustaría que la vida fuera un libro de fantasía en donde todo puede pasar? Pues solo te diré que si respondes un "sí" eres como Adam, un chico de 17 años que le encanta la lectura, pero prefiere que su vida sea un libro y no la realidad.