Katherine nunca creyó que asistiría a una fiesta de disfraces, ni mucho menos creyó que su amiga le hubiese comprado un disfraz como aquel. Y es que su amiga había pensado que su disfraz ideal, era el de Caperucita roja. Aunque teniendo en cuenta que gracias al susodicho disfraz conoció a un guapísimo hombre que se interesó por ella con sólo escucharla hablar... puede que ir de Caperucita roja no fuese una mala decisión después de todo. Obra registrada en Safe Creative. No se permite la copia ni la distribución de la obra sin el consentimiento del creador. https://www.safecreative.org/user/1807302831849