Siempre que escapaba del castillo para ir al pueblo oía a las niñas murmurar lo maravilloso que seria ser una princesa con miles de sirvientes, vestidos, tiaras y demás. Lo escuchaba tan seguido que en verdad llegue a preguntarme que era lo que estaba mal conmigo. Dado que mi apariencia era la de una princesa, pero mi forma de ser era la de un caballero de la corte. Tal vez me habría golpeado la cabeza de bebe o quizás alguna bruja me hechizo; a ciencia cierta no lo se. Sin embargo, lo que si se, es que tal vez a las miradas de todos yo sea la princesa de uno de los reinos mas importantes; pero mi corazón siempre será... El corazón de un caballero.