No entendía lo que le ocurría, ¿que demonios pasaba? él no era así, no de esos gustos, pero aun así no podía evitar lo que sentía en ese momento. La urgencia de sentir el tacto del menor en sus manos, en sus labios, en su cuerpo. desesperado por sus deseos, se dejo guiar por estos, cometiendo el error más grande de su vida al poner en juego la única amistad más importante que tenia.All Rights Reserved