-¿Dé qué sabor quiere su helado?-preguntó el rizado al castaño. Solo faltaba este cliente y darían las 3 PM, le dolía la cabeza y por fin era viernes. -De limón, por favor. -sonrió un castaño de baja estatura emocionado. El rizado camino, agarro un cono y recordó se había acabado ese sabor. -Lo lamento, desafortunadamente ya se acabó. -habló haciendo una mueca. -ES UNA HELADERÍA Y, ¿ME ESTA DICIENDO QUE NO HAY HELADO? El rizado rodó los ojos, un cliente difícil sin duda, estaba aburrido y cansado y sin pensar en nada más que irse de aquí habló. -Hay una heladería a unas cuadras, yo invito.
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